Columna

¿El niño sicario de Chihuahua? / Fracasa sociedad e instituciones

LA EJECUCIÓN (asesinato) del niño sicario Daniel Octavio Muela Muela, originario de Guachochi, es un caso que debería atraer la atención de la sociedad y de marcadamente de las instituciones.  No debería suceder, pero acontece, su caso por desgracia no es único.

Su corta historia narra que, en la semana pasada, se encontraba cazando vendados, cuando de manera accidental, se pegó un tiro en un pie.

Por el hecho, fue trasladado al Seguro Social (IMSS) de Guachochi y días después, fue trasladado al hospital Misión de la Tarahumara en Samachique.

Aunque resulta increíble de ese hospital fue sacado, levantado o rescatado, no hay precisión por parte de la autoridad investigadora de la Fiscalía General del Estado, luego llevado con rumbo desconocido. El por qué fue sustraído es fácil de imaginar.

El pasado siete de este mes, se emitió una Alerta Amber, en donde daba cuenta de su “desaparición” e inició de la búsqueda.

Un día después, tras de un supuesto enfrentamiento entre un grupo del crimen organizado y corporaciones policiacas, fue localizado por un camino a Samachique, sin vida y con un balazo en el pecho.

Dicen que tenía 11 años y luego 14. La realidad es que se trataba de un niño vinculado al crimen organizado de la región. Eso es lo que debe generar conciencia en la sociedad y en las instituciones, pero de una manera integral.

Habitantes de la sierra (y de las ciudades) en esa edad, deben estar en los planteles escolares; si hay necesidad económica se les debe de cubrir, sino o para que alardear desde los tres niveles de gobierno en el sentido de que se destinan millones de pesos en becas, en eso de los programas sociales.

Pero también, debe haber prevención, información orientación y conocimiento de los contextos y entornos para atenderlos y evitar casos como el de Daniel.

Por desgracia no es el único, pero ya no debería presentarse o existir este tipo de víctimas. Algo está pasando, lo hicimos mal en el pasado y algo no estamos haciendo bien en el presente. Daniel Octavio, a su corta edad… sabía demasiado; quien debió cuidarlo y protegerlo, no.

LA MINISTRA presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, dio una respuesta muy contundente, queriendo o no al presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, luego de los ataques sistemáticos a este poder desde las mañaneras.

En el marco del Día del Juzgador, la ministra fue clara en su mensaje, cuando apegada a ética y derecho dice que los órganos jurisdiccionales tienen por misión cumplir y hacer cumplir la norma Constitucional.

El mensaje a la nación y seguramente López Obrador y la CuartaT, es tan sencillo como claro, da cuenta de que se debe de cumplir con la que estable la Constitución, lo que puede ser un adelanto al controversial Plan B de presidente, que de constitucional nada tiene, es impositivo en donde el objetivo final busca el control de las elecciones por parte del gobierno e imponer una ley mordaza, fuera del orden constitucional y la democracia.

La ministra presidenta, recuerda también que debe haber existir una separación sana separación de poderes y respeto institucional (autonomía), como lo establece la Constitución.

Aunque no lo dijo, seguramente tiene que ver con los ataques y denostaciones desde las mañaneras, en donde se asegura, sin pruebas alguna, que ha corrupción en el sistema judicial y que se libera o protege a delincuentes, sólo por evocar algunos dichos presidenciales.

NO HAY duda que los buenos ejemplos se deben seguir; se convierten en enseñanza y desde luego de agradecer, más cuando vienen de niños, adolescentes y jóvenes, claro de ambos de ambos sexos.

Ayer salieron al centro histórico de la capital decenas de ellos, con orden, disciplina, civismo y digamos, amor por Chihuahua, en un exitoso intento de limpiar y/o reparar los daños causados durante la marcha feminista del 8 de marzo, en edificios públicos, calles, comercios y hasta en la Catedral metropolitana.

Se observaron con entusiasmo y mucho compromiso; en grupos integrados por niños, adolescentes y jóvenes, con el único objetivo de limpiar o por lo menos tratar, lo que otros ensuciaron y destruyeron, bajo ideologías muy lejanas a la anarquía.

Estuvieron chicas y chicos del Rescate Juvenil; Legión Lobos, Cruzada por la Familia y otras agrupaciones, que buscan un mejor Chihuahua, así se sencillo y sin complicaciones, no es difícil entenderlos y reconocerlo.

Ojalá y que en los hechos se realicen estas nobles acciones, y no sólo en discursos o narrativas que condenan la violencia y destrucción, pero no levantan ni un solo papel en las calles.

Es más cómodo realizar ruedas de prensa o pagar desplegados en periódicos en donde en donde se condena los excesos del feminismo y la participación de grupos terroristas.

Columna Hipótesis de www.acento.com.mx

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